Por Juan Tomás Valenzuela
Una sola muchachita
que es hasta menor de edad,
demostró que puede más
que un camión de dinamita.
La inocente jovencita,
que por asuntos legales,
no digo sus generales
ni público su instantánea,
le ha echado tremenda vaina
a un convoy de federales.
Por ahora ya van tres,
pero me contaba un pana
que antes del fin de semana
podrían caer otros diez.
Su belleza, su altivez
y su íntima convicción,
han hecho que un pelotón
de militares de altura,
por una sinverguenzura
vayan rumbo al paredón.
Por ahora, un general,
junto a un par de coroneles
tán cogíos por lo breteles
por faltas a la moral.
La “niña”, era un vendaval
cuando de amor se trataba.
Lo que a ella la motivaba
para encender su pasión,
era que su faraón
pertenezca a una brigada
Pa’atrapá un perro realengo
solo hay que echarle piltrafa,
y aquí solo una jirafa
tiene a un ejército ñengo.
La nena, sin abolengo
ni aflicción de larga data,
sólo usó el pan de batata
con que ha sido dotada,
para echarse una brigada
como si fuera un cubata.
Casi igual cómo está nena
se ha tirado un batallón,
el rey de la corrupción
y su escudero Marchena,
se embarcan en la faena
de tirarse de costado,
a un pueblo que había confiado
en que no existían razones
para optar por reelecciones
y también fue defraudado.
Juan de los Palotes
8 julio 2019